miércoles, 21 de octubre de 2009

Nacimiento

Nacer es más complicado que morir. Hace falta el tiempo, el coraje, la valentía para gestar las ideas que, como hijos, nacen de nuestras entrañas y marañas mentales y que repentinamente pueblan nuestros sentidos hasta convertirlos en padres de nuestra conciencia. Pero también se requiere de muy poco para que el torbellino de un golpe ideológico asesine sin pudor nuestro vástago ideático y lo convierta en un zombie, en un muerto viviente que pulula en el mundo arrastrado por las masas y no por sus convicciones. De mi depende que mis ideas nazcan, crezcan, se desarrollen y maduren como las células de mi vida y no como caudal de otros ríos.