viernes, 31 de diciembre de 2010

Buenos Deseos

Cada que termina un año o un ciclo cualquiera, es inevitable reparar en lo que esa etapa que se aleja deja en cada uno, e igualmente inevitable prepararse para los nuevos retos y desafíos que el futuro nos depara. Es mi deseo que el ciclo de 2010 cierre con grandes aprendizajes, enseñanzas, lecciones, satisfacciones y, por que no, también algunas decepciones y sufrimientos que lo humanicen; y que 2011 traiga para todos sorpresas y desafíos que nos ayuden a crecer y valorar nuestra vida y el amor que hemos puesto en ella.

martes, 21 de diciembre de 2010

El Jefe Diego

Finalmente Diego Fernández de Ceballos ha sido liberado. Su gran amigo Fauzi Hamdan, entrevistado por Televisa, reconoció que este secuestro fue debido a la labor jurídica y política del Jefe Diego y que fue realizado por lo que llamó "un grupo muy poderoso". La pregunta es ahora: ¿habrá acciones reales en contra de los responsables o Fernández de Ceballos sufrirá, al igual que miles de ciudadanos, las incapacidades e ineptitudes de las autoridades y los grupos en el poder? Veremos dijo el ciego...

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Letras al vuelo...

Hoy comenzaré la lectura de Puedo Explicarlo Todo  de Xavier Velasco, ese escritor mexicano que en pocos libros ha logrado cautivar mi interés por seguirle de cerca. Autor de Diablo Guardián, con el que ganó el premio Alfaguara, libro en el que se puede indetificar ya un estilo muy particular de Xavier, ácido, trágico, oscuro y, paradójicamente, capaz de dar luz sobre aspectos tan turbios como la vida misma. Ese estilo se asoma desde las primeras páginas de Puedo Explicarlo Todo y de repente parece que las más de 900 páginas será imposible dejarlas de leer para tomar un descanso, o al menos un respiro. Ya contaré acá el resultado final. Mientras tanto, a sambullirme en un orgasmo del alma...

jueves, 2 de diciembre de 2010

LA COMUNICACIÓN: DIVERSOS ENFOQUES, UN SOLO PROBLEMA


INTRODUCCIÓN

Desde que el hombre existe, existe la comunicación. Esta es una impronta que por obvia a sido muchas veces desatendida, sin embargo, es tan importante y esencial para la vida del ser humano social como lo es su hábitat. Incluso, podríamos decir que lo peor que le puede pasar al hombre social no es morir, sino quedarse incomunicado (por algo es un castigo en las cárceles).

Al hablar del hombre social, me refiero no al individuo por sí mismo ni como ser con vida orgánica, sino al individuo cuyas características de comportamiento están marcadas por la confluencia de diversos factores externos en su formación: familia, amigos, educación, creencias, medio ambiente, recursos económicos, cultura, etcétera; que combinados con los factores internos (biopsíquicos), dan como resultado a un individuo único e irrepetible y, por tanto, diferenciable. No obstante el hecho de su unicidad, es un sujeto que posee similitudes y convergencias biopsicosociales con otros sujetos igualmente único e irrepetibles y que al momento de compartirlas, a través de un proceso de comunicación, se convierte en hombre social que forma sociedades y que al mismo tiempo es formado por la sociedad a la que pertenece.

En otras palabras, estamos hechos de nosotros mismos, entendiendo por ello que somos y vivimos en lo que considero un principio de integración social y que he llamado una estructura estructurada estructurante. Estructura, porque estamos formados de objetos, circunstancias, experiencias, cuerpo, etcétera, que forman un sólo cúmulo. Estructurada porque este cúmulo se aglutina en nuestra persona física y mental, haciéndonos funcional de tal o cual manera, dentro de patrones, si bien no definidos, sí reconocibles en nuestro núcleo psicosocial. Estructurante, porque al actuar como padres, como hermanos, como amigos, en fin, al actuar como sociedad, damos las pautas para la estructuración de los individuos que nacen o se adhieren a nuestra estructura psicosocial compartida. Así pues, desde nuestro presente, estamos ligados a nuestro pasado y estas ligas guían nuestros movimientos, consciente o inconscientemente, y sólo a riesgo de alienarnos, podríamos romper con estas ataduras de manera tajante y total.

LA COMUNICACIÓN

Curiosamente, este proceso se comenzó a estudiar científicamente mucho después de que surgiera el interés por sus actores, los hombres. Como se mencionó en la introducción, el proceso a través del cual se da el intercambio o establecimiento de interrelaciones entre los sujetos sociales es la comunicación. Por tanto, para comprender al hombre social debemos estudiarlo desde, a partir, con y por medio de un proceso de comunicación.

Ya los estudiosos de la materia han hecho varios avances en esta investigación. Se ha evolucionado de la comunicación lineal –que describía al proceso como una serie de características más bien tecnológicas, en las cuales los elementos podían ser hombres o máquinas, da igual y que en realidad sólo están unidos por un ligero lazo que es el mensaje–, pasando por el dinamismo –cuya contribución principal radica no sólo en establecer que la comunicación se da entre personas, sino en la incorporación del concepto “feed back” o retroalimentación como condición para que se cierre el proceso de comunicación efectiva (aunque en realidad sólo se referían a una respuesta, fuere cual fuere)–; en la actualidad, se estudia el concepto de comunicación productiva , cuya tesis surge del dinamismo, pero condiciona la efectividad del proceso de comunicación no sólo a la generación de una respuesta sino a la capacidad de esta para lograr “la transformación y mejora de cualquier sistema para beneficio de todas las partes que lo integran (emisores y receptores) a partir de la retroalimentación del público o públicos (conjunto de receptores) al propio sistema (emisor o grupo de emisores que actúa/n como representante/s del sistema porque tienen la autoridad formal y el poder necesarios que así lo acreditan), y de la evidencia empírica disponible que el cambio efectuado por y en el sistema beneficia a todos los que lo integran” .

LA COMUNICACIÓN PRODUCTIVA

Esta última concepción, surgida del estudio y aplicación de las teorías comunicacionales en el desarrollo de las organizaciones e instituciones, trata de particularizar los requisitos con los que debe cumplir y en los que se debe desenvolver la comunicación para que exista. En primer lugar, incorpora al pensamiento sistémico en este estudio, al asumir a las organizaciones como sistemas normativos (aquellos que cuentan con un corazón ideológico y con un conjunto de reglas que determinan la operación), sin los cuales la comunicación no existe. En segundo lugar, añade al corazón ideológico dos requisitos: a) contener en su propósito no sólo la “razón de ser” del sistema sino la forma en que se va a lograr impactar de manera benéfica en el entorno y la sociedad a la cual pertenece dicho sistema; b) la obligatoriedad de mantener congruencia (operar acorde al corazón ideológico gracias a una normatividad), coherencia (generando una imagen positiva entre los públicos) y consistencia (equilibrando la voluntad de emisores y receptores para cumplir con el corazón ideológico y creando las condiciones para alcanzar sus objetivos) en el sistema, a través de la difusión y comunicación del contenido del corazón ideológico por parte de las autoridades como emisores y de los públicos como receptores (yo agregaría las palabras “y viceversa”, pues el receptor al contestar de cualquier manera a un mensaje, se convierte en el emisor de otro mensaje).

De esta concepción se desprenden tres principios de la Comunicación Productiva, similares al Principio de Integración Social:

Comunicación Íntegra. Con flujos de información veraces y completos, a menos que la información a comunicar no la posea el sistema o sea estrictamente confidencial.

Comunicación Integral. Que sea capaz de satisfacer las necesidades detectadas de comunicación de los públicos previamente identificados, basada en el principio de comunicación íntegra.

Comunicación Integrada. Es decir, que el sistema cree o establezca las condiciones necesarias (físicas, sociales, culturales) para que el corazón ideológico se cumpla.

CONCLUSIONES

Ahora bien, hay varios puntos que en su concepción no aborda Nosnik, más por obviar que por omitir, sin embargo, son necesarios aclarar para comprender por qué esta teoría de la Comunicación Productiva resulta importante para el estudio global de la Comunicación, no como un estudio de especialidad en la materia.

Uno de estos puntos es que si asumimos como cierto el Principio de Integración Social, nos encontramos ante individuos cuyo comportamiento está interrelacionado con sus semejantes y, por tanto, para alcanzar objetivos y metas, incluso individuales, está supeditado a obtener y generar un cúmulo informativo con los demás. Para ello necesita un proceso compartido para establecer cualquier intercambio de información: este proceso es la comunicación. Así pues, podemos ver que la comunicación lleva una intencionalidad intrínseca y por lo mismo olvidada hasta hace tiempo; esta intencionalidad es la que debe medir a final de cuentas que el proceso de comunicación se haya completado de manera efectiva. No sólo generar una respuesta (feed back) será lo que mida la comunicación sino el que la respuesta haya sido la esperada y no otra. Por principio ético del “Suprasistema Humano” (término que no sé si existe, pero si no, debería acuñarse), esta transformación (entendida como la capacidad de generar cambio en los receptores) deberá tender al bienestar común, que se convertirá a su vez en bienestar social y por tanto en bienestar individual.

Es cierto, podemos completar la comunicación sin que genere bienestar para ninguna o sólo una de las partes, pero en este caso, la capacidad transformadora de la comunicación se verá limitada y/o en retroceso, es decir no será productiva, sino arbitraria, totalitaria o azarosa. En el caso de nuestra especialidad, la comunicación institucional, si no asumimos una actitud crítica ante esta nueva alternativa, seguiremos errando el camino para lograr empleados con alta productividad, integrados, con alto compromiso no sólo con los propósitos financieros o cuantitativos sino con los valores de la institución, que compartan la visión del futuro de la organización, los estándares de calidad. Seguirá siendo más difícil traducir en hechos los principios filosóficos del corazón ideológico, que explícita o implícitamente tienen todas las Empresas. A fin de cuentas seguir estudiando la comunicación facilitará el allanamiento del camino para lograr mejores interrelaciones en los miembros de las organizaciones y de la sociedad misma.